Se recomienda inflar los neumáticos una vez al mes, y antes de un viaje largo. Circular con la presión adecuada reduce el riesgo de dañar los neumáticos, aumenta su vida útil, y ahorra combustible. Lo ideal es hacerlo con los neumáticos fríos (que no hayan circulado más de 4 kilómetros a baja velocidad) y si se comprueba en caliente hay que añadir 0,3 bar a la presión recomendada. La información sobre la presión no aparece en los neumáticos, sino en el manual de usuario del vehículo, o en el lateral de la puerta del conductor, o en el interior de la tapa del depósito de carburante.